Utilizar nombres e historias puede ser tu mayor ventaja, o puede ser una debilidad.
Aprender el arte de utilizar historias puede ayudarte a conectar más rápidamente con los demás y, en última instancia, a influir en los compradores.
Incorporar las siguientes técnicas te ayudará a perfeccionar tus habilidades narrativas para relacionarte más eficazmente con tus clientes potenciales.
Empieza por lo simple
Si estás construyendo una historia desde cero, céntrate en sus elementos centrales: el personaje principal, el reto al que se enfrentó y cómo le ayudaste a superarlo.
¿Tienes bloqueo de escritor?
Redacta cada uno de estos elementos por separado.
Si sigues teniendo dificultades, empieza con un esquema básico.
Puedes volver más tarde y completar los detalles.
Hazlo sencillo
Cuanto más sencilla sea la historia, ¡más poderoso será su efecto!
Una historia sencilla es fácil de digerir en el presente, y es más fácil recordar todas las partes convincentes.
Una buena historia permanecerá en la memoria del oyente durante días, semanas o más tiempo, pero una demasiado complicada puede olvidarse rápidamente o recordarse por razones equivocadas.
Céntrate en los componentes básicos de narración en 3D: el nombre, el hecho y la historia.
No olvides que el objetivo de la historia es promocionar tus productos o servicios.
Corta todo lo que no contribuya a ese objetivo.
Cree en tu historia
Las historias más eficaces son las que te emociona compartir.
Piensa en las veces que te sentiste eufórico por ayudar a un cliente y lograsteis algo grande juntos.
No sólo tu oyente deseará resultados similares, sino que contar tu historia será algo natural, ya que estás muy contento con el resultado.
Haz que tu cliente potencial sea el héroe
Puede que tu oyente no lo sepa al principio, ¡pero la historia gira en torno a él!
Si lo sabes desde el momento en que pones la pluma sobre el papel, obtendrás un resultado mucho mejor.
He aquí algunas formas de agilizar tu narración:
- Incluye sólo los detalles relevantes. Lo ideal es que tus partes favoritas de una historia sean también las más relevantes para tu cliente.
Pero no siempre es así.
Es importante que elabores tu relato con este objetivo en mente: asegurarte de que el cliente tiene claro cómo se relaciona la historia con él. - Capta su atención. Tu historia tiene que hacer algo más que informar.
Capta la atención de tu oyente exponiendo claramente el problema al que se enfrenta y cómo le has ayudado a resolverlo.
Utiliza un lenguaje sencillo y natural, y ve al grano rápidamente.
Representa partes de la historia siempre que sea posible y habla con emoción cuando sea apropiado. - Encuentra un hecho sólido. La parte de los hechos relaciona al sujeto con el cliente.
Busca una conexión común entre estas dos personas.
Por ejemplo, podrían estar conectados por sectores, retos o precios similares.
Habla de resultados tangibles que el personaje de tu historia haya conseguido, como nuevos clientes, aumento de cuotas o crecimiento de las ventas.
Ten tus historias bien guardadas
Supongamos que una vez tuviste un momento increíble en el que demostraste lo comprometido que estás a ayudar a alguien.
Ahora imagina que te encuentras con un posible cliente que se muestra reticente porque ha tenido problemas de fiabilidad con otros proveedores de servicios.
Tu historia es perfecta para compartirla con ellos, ¡pero sólo si estás preparado para contarla!
Planifícalo con antelación, no sólo para las reuniones o presentaciones programadas en las que sabes que tendrás que compartir historias, sino también para esos momentos informales con los clientes en los que es fácil que te pillen desprevenido.
Sacarás el máximo partido a tus historias si siempre estás preparado para compartirlas.
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